Una de las casas más hermosas de Koprívshtitza, típicas del Renacimiento búlgaro, que deja un recuerdo imborrable, es la del revolucionario búlgaro Tódor Kábleshkov. Rayna Pácheva, conservadora de esta casa, recibe visitantes a diario y les cuenta la historia de Kábleshkov.
miércoles, 5 de febrero de 2014
La ciudad de Koprívshtitsa- Bulgaria
Koprívshtitza es una
pintoresca villa serrana acurrucada a los pies de la cadena de Sredna
Gora, en Bulgaria central. Es un lugar que a los búlgaros les encanta
visitar. Las casas, las calles empedradas, las fuentes de agua y la
gente local dan al visitante la sensación de viajar atrás en el tiempo.
No por casualidad llaman a
Koprívshtitza villa museo. En un solo día se
pueden visitar varias casas de prominentes búlgaros de la época del
Renacimiento Nacional (siglos 18 y 19) cuyo destino fue estrechamente
ligado a la lucha por la liberación de Bulgaria del dominio otomano. Hoy
en día estas casas se han convertido en museos con exposiciones
auténticas. La casa de Óslekov, los museos del gran poeta Dimcho
Debelyánov, de los revolucionarios Tódor Kábleshkov y Gueorgui
Benkovski, del escritor y activista por la libertad nacional Luben
Karavélov, o la casa Lútov – son todas monumentos arquitectónicos de
inapreciable valor, un verdadero tesoro para Bulgaria. Los visitantes de
la ciudad no se pierden la oportunidad de visitar el complejo
arquitectónico “Las Casas Palavéev” donde, durante todo el año, se
exiben cuadros de los fondos de los museos dedicados a Koprívshtitza y
otras pinturas de autores búlgaros contemporáneos.
La Casa Museo de Óslekov
“Con
su naturaleza y arquitectura, Koprívshtitza atrae a los turistas en
todas las estaciones del año” – dice Elena Zhelazkova, guía de turismo
de la Dirección de Museos en Koprívshtitsa, y agrega – . Koprívshtitza
tiene una rica historia. La gente se interesa por las personalidades
nacidas en Koprívshtitza, la arquitectura, pero, ante todo, por los
acontecimientos ocurridos aquí. A pesar de la crisis económica, nos
visitan muchos turistas que quedan fascinados por nuestra ciudad. Hace
algún tiempo un turista estadounidense nos escribió que si esta ciudad
se encontrase en los EE.UU., sería colocada bajo una campana de vidrio,
porque tiene tantas cosas preciosas. Durante el Festival Folklórico, en
los prados en las inmediaciones de Koprívshtitza se reúne gente que
aprecia el patrimonio cantado y dancístico de Bulgaria. Cada año el
sentimiento de patriotismo invade las calles cuando se hace una
reconstrucción de los acontecimientos de la sublevación de abril de
1876. En esos momentos la gente se olvida de los problemas cotidianos y
evoca la historia y el espíritu de los sucesos del pasado. En
Koprívshtitza tenemos dos museos etnográficos, son la Casa de Óslekov y
la de Lútov. Los edificios son de la época de la guerra de Crimea
(1853–1856), tienen una arquitectura muy hermosa y se caracterizan por
murales ricamente ornamentados, y también por salones interiores en vez
de las terrasas abiertas de antes. Allí los visitantes pueden conocer
los usos y el estilo de vida en la Koprívshtitza renacentista. La Casa
de Lútov es uno de los monumentos arquitectónicos más valiosos de la
villa, ahí se exhibe algo que rara vez se puede ver en otras partes del
país: una exposición de alfombras de fieltro, no tejidas, típicas de
Koprívshtitsa, que se distinguen por la exquisitez de su decoración.
Realmente vivimos en una villa museo y los visitantes suelen
preguntarnos en broma si los habitantes locales no se han convertido
también en objetos museísticos. Es así porque la ciudad se está
despoblando. A veces parece que estamos viviendo en el pasado lejano,
porque la paz y la tranquilidad que reinan aquí son raras en otras
ciudades de Bulgaria”.
Una de las casas más hermosas de Koprívshtitza, típicas del Renacimiento búlgaro, que deja un recuerdo imborrable, es la del revolucionario búlgaro Tódor Kábleshkov. Rayna Pácheva, conservadora de esta casa, recibe visitantes a diario y les cuenta la historia de Kábleshkov.
Una de las casas más hermosas de Koprívshtitza, típicas del Renacimiento búlgaro, que deja un recuerdo imborrable, es la del revolucionario búlgaro Tódor Kábleshkov. Rayna Pácheva, conservadora de esta casa, recibe visitantes a diario y les cuenta la historia de Kábleshkov.
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