entre otros les permiten construir ese carácter sociable de la personalidad búlgara. La importancia de la comida para los búlgaros se expresa muy bien mediante el proverbio búlgaro: "un oso hambriento nunca baila la jota". Aunque sea muy simple, la gastronomía búlgara se basa en alimentos producidos en sus tierras que garantizan una gran calidad y sabor y como no, siempre acompañados por esa bebida "divina" - el vino.
Sabores búlgaros
La cocina búlgara es un reflejo de la geografía y la historia del país. Situado entre el Este y el Oeste, es una mezcla de sabores tracios, eslavos, griegos, orientales y tradiciones culinarias locales. Es normal que abunden los alimentos de la estación en la que estemos. Bulgaria es un país agrícola y por lo tanto se comen muchas verduras, sopas y sobre todo ensaladas. Hablando de la carne, muy presente en la alimentación búlgara, la más consumida es la de cerdo, seguida por la de pollo y de cordero. En cuanto a la ternera, se consume muy poco y básicamente en comidas de especialidades. En cuanto al pescado, se consume bastante y sobre todo pescado de aguas dulces. Un gran lugar en la
cocina búlgara se concede a las especias y a las hierbas aromáticas, entre los cuales el más famoso es la chúbritsa. Se distinguen también dos tipos de quesos (él sírene - queso de feta búlgaro y el kashkaval - queso amarillo, parecido al queso emental y los quesos tiernos) que forman parte de los productos fundamentales en las ensaladas búlgaras. Finalmente podrán probar el famoso kíselo mliako (yogur búlgaro). Su sabor único de frescura y su consistencia única se deben a la bacteria Lactobacillius bulgaricus que vive únicamente en Bulgaria. No se asombren al encontrarlo en botes de 500 gr., ya que es el formato clásico. Por último, para desayunar es inevitable probar la bánitsa (tarta de queso de hojaldre). Acompañe la bánitsa con la bebida típica boza (bebida de cereales) o simplemente con un vaso de airán (un batido de yogur con agua, ligeramente salado).
Los entremeses
en general los primeros platos suelen ser ensaladas, embutidos y sopas. Las ensaladas más consumidas son la shopska (tomates, pepinos, cebolla y queso feta); al añadir jamón, huevos duros y pimientos a la `shopska, se convierte en ovtcharska (ensalada de los pastores), meshena (tomates y pepinos), pétchéni chushki (pimientos asados), snezhanka (pepinos, ajo, yogur presado y eneldo), kiopolu (tipo de puré de berenjenas y pimientos), ruska (ensaladailla rusa - mayonesa, patatas, jamón cocido, guisantes, zanahorias). Las ensaladas se acompañan normalmente por el rakia (aguardiente) o a veces de mastika (anis).
Las sopas forman una parte fundamental de los primeros platos búlgaros. Se sirven generalmente en
platos de barro pintado. En verano disfrutarán especialmente el tarator (sopa fría a base de yogur batido, pepino, ajo y eneldo), píleshka (sopa de pollo), bob chorbá (sopa de alubias) o más sorprendente el shkembé tchorbá (sopa de callos).
Al igual que las ensaladas, les convendrá aliñar su sopa con especies y aromas como pimienta, aceite, vinagre, pimentón y sal.
A los búlgaros les encantan los embutidos y por lo tanto existe una gran variedad de embutidos secos parecidos al chorizo español o la cecina. Se pueden mencionar la lukanka y la pastarmá.
Los platos principales
se distinguen dos grandes categorías: las carnes asadas y los potajes. Un plato clásico son las parrilladas de albóndigas (los kiufteta o los kebábcheta - albóndigas alargados), o también los pinchos de moruno (los shíshcheta). Por lo que se refiere a los potajes, las especialidades por " la abuela", representan el encanto de la cocina búlgara. Se cocinan lentamente en pucheros de barro cocido, estos platos varían dependiendo de la región. Se conocen las kavarmás (carne y verduras cocidas), el
guiuvech (tipo de goulasch), la musaká (se prepara con patatas y carne picada, pero sin berenjenas, como la preparan en Grecia), los sarmís (carne y arroz en forma de bolitas alargadas, revestidas con hojas de parra o de repollo).
Los postres
los postres, normalmente, son de influencia oriental, como por ejemplo la baklavá (tarta dulce de hojaldre con nueces y miel), el kadaíf (tarta de fideos con nueces al jarabe) o la halva (tipo de turrón duro o blando a base de sémola, girasol o pistachos). Sin embargo, existe una gran variedad de tartas, de flanes, de helados muy populares (sladoled), creps, frutas y por supuesto, el yogur búlgaro.
Las bebidas
Los búlgaros aprecian el café, sobre todo por la mañana, así como los poleos caseros. Encontrarán un gran número de diferentes tipos y marcas de agua mineral, con o sin gas, procedente de las numerosas fuentes minerales del país. Las más consumidas son las aguas minerales de Dévine, Hisaria y Gorna Bania. La enología es una ciencia antigua en Bulgaria desde hace varios milenios. La tradición vinícola y vitícola tiene unas fuertes raíces. Exceptuando las cepas francesas que constituyen la mayor parte de las exportaciones (Cabernet Sauvignon, Merlot, Chardonnet, etc.), son las cepas de procedencia local que dan el carácter particular al vino búlgaro (Mavrud, Pamid, Gamza, Misket...). Los vinos tienen una buena calidad y para averiguarlo les conviene probar los vinos de las distintas
regiones. Bulgaria produce también cerveza de muy buena calidad y muy barata. Las marcas más populares son las cervezas rubias Kámenitza y Zagorka. El Mastika es una bebida alcohólica anisada que se bebe diluida con agua o “a secas”. Por último, la bebida típica alcohólica en Bulgaria es la rakia (aguardiente). Es sorprendente ver que se consume a menudo con los primeros platos y, en particular, con la famosa ensalada shopska, rakia con una ensalada shopska es una combinación clásica a la búlgara. Existen dos tipos principales de rakia, a base de ciruelas (slivova) más rica en aromas y la de uva (grozdova) que tiene un sabor más seco. La rakia más conocida y de gran calidad es la producida en la región de Sliven, la famosa "Slivenska perla", "Alambík" de la región de Pomórie es otra marca de rakia muy conocida y de buena calidad. Cojan sus copas y brindan con sus amigos búlgaros mirándolos siempre en los ojos y deseándoles Nazdravé (Salud).
Costumbres
Las fiestas son muy importantes para los búlgaros. No sólo forman parte de su patrimonio cultural, sino también determinan su manera de vida que se puede apreciar en un calendario festivo que
abunda en fiestas. Algunos ritos tradicionales se inspiran en las creencias populares, otros se definen por la religión ortodoxa. En este orden de ideas, es necesario saber que los búlgaros otorgan una gran importancia a las fiestas de los Santos y así todos los días son una ocasión para reunirse con los amigos. Fuente de alegría, ocasión de encuentros, las fiestas búlgaras sobrevivieron a las turbulencias del tiempo. Se adentran plenamente en el marco de la vida tradicional, y constituyen el reflejo de un arte de vivir único y seductor. Para que tengan una idea de la rutina diaria "estresante" de los búlgaros, pueden consultar el calendario de las fiestas búlgaras.
Ocio
En Bulgaria, aunque sea un país pequeño, nacen un gran número de deportistas de alto nivel, herencia del período comunista durante el cual el deporte fue como una religión. Hoy en día, los búlgaros aún dedican mucho tiempo al deporte. Lo ven no sólo como un tipo de ejercicio físico, sino también como ejercicio de la mente competitiva y como oportunidad de relacionarse con los demás. Los mayores éxitos de los deportistas búlgaros se han conseguido en los deportes colectivos (como el fútbol y el voleibol) y en algunas disciplinas individuales (como la halterofilia, la lucha libre o greco-romana, el atletismo, etc.). Después del esfuerzo viene el descanso. Los búlgaros se reúnen todos los días con sus amigos. Tanto con los vecinos, como con los amigos, en el restaurante o en la discoteca, en el museo o en el cine, convivir y relacionarse con la gente está siempre previsto en la agenda de los búlgaros. La amistad es, por lo tanto, fundamental para la sociedad búlgara.
Conozcan la vida de los búlgaros, mediante lo visible y lo tangible, pero nunca olviden las emociones y los sentimientos. Es el arte de vivir a la búlgara que hará su viaje auténtico e inolvidable. Déjense sorprender, tómense su tiempo para conocer el alma del pueblo y crean su propia opinión sobre los búlgaros.
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